CAMBIÁ TUS VENTANAS Y CONSERVÁ EL ESTILO DE TU HOGAR
Las ventanas son a menudo el “punto débil” de un edificio, porque dejan escapar el calor, en lugar de retenerlo en el interior. Hasta un 47% de la energía escapa por las ventanas.
Sustituirlas resulta sencillo: se trata de un proceso seco, que no requiere de obra húmeda. Basta con desmontar las ventanas viejas, sustituirlas por las nuevas y en pocas horas el asunto queda resuelto. El montaje resulta sencillo y rápido, incluso estando la vivienda habitada.
Gracias al proceso de foliado de los perfiles, las ventanas nuevas pueden mantener el color de la carpintería anterior (generalmente de madera). De esta manera, se conserva la estética original de la vivienda, a la vez que se producen cambios significativos, tanto en la calidad de vida de sus habitantes como en su economía, gracias al ahorro en las tarifas de servicios.